Estos métodos innovadores le dan poca importancia a lo económico, lo que buscan es que los alumnos se sientan parte de la sociedad, sean capaces de trabajar en equipo y, a la vez, se vayan formando como personas autónomas e independientes con plenas capacidades para pensar y razonar.
Las familias de los alumnos también se implican en el funcionamiento y en el estado del centro, incluso aprovechando su tiempo libre para ir a pintar el colegio. Con esto intentan que los alumnos vean que todos tienen que colaborar, que es un trabajo en equipo y se sientan más familiarizados con el centro.
Como ocurría con la experiencia del Colegio Amara Berri, creo que este tipo de experiencias, donde los alumnos a parte de adquirir conocimientos también pueden ponerlos en práctica, se pueden integrar con facilidad en la didáctica de lenguas, sea la primera lengua o una lengua extranjera.
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